Demostremos que somos seres pensantes

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de JUAN FELIPE MUÑOZ SANÍN.

En la vertiginosa carrera del hombre por hacer más fácil su vida, ha descubierto miles de inventos que indudablemente contribuyen a este fin; quizás uno de los más notables en los últimos años son los celulares y en particular los celulares bien llamados inteligentes, el cual cuando se le da un buen uso contribuye al desarrollo de la vida cotidiana del ser humano, pues esta nueva generación de celulares permiten hacer trabajos y un sin número de actividades en las cuales antes se necesitaba un computador para hacerlo y que ahora es reemplazado por estos pequeños equipos. Si bien estos celulares son de gran ayuda en nuestro diario vivir también se han convertido en la nueva droga para una abrumante cantidad de personas, lastimosamente estos celulares se han posesionado de muchos, absorbiendo su espacio, tiempo, intimidad, trabajo, etc.

Nadie puede negar que sean indispensable estos pequeños aparatos, pues ya no es un lujo, es una necesidad; el problema es el uso indiscriminado que el hombre de hoy hace del celular, pues no hay actividad simple o complicada donde este no meta sus narices. Todo el tiempo es absorbido por él, nos hemos idiotizado a tal punto que ningún lugar se escapa de sus tentáculos pues donde quiera que vamos siempre hay personas con el celular en la mano haciendo uso de él, ya sea en el trabajo, en una clase, en una reunión, en una comida, en una cita, en la calle, en el parque, en el centro comercial, en fin donde sea siempre encontramos alguien que esta con la cabeza abajo chateando por estos equipos electrónicos.

En ningún momento estoy diciendo que el celular es malo, o que es un invento infernal, que no podemos vivir sin él; no, solo cuestiono el por qué si somos tan pensantes nos dejamos dominar por este aparato a tal punto que muchas personas digan que si en el celular no pueden vivir. Porque no podemos utilizarlo como un aparato más, no veo justo que de 24 horas empleemos 18 metidos en esta red; lastimosamente no dormimos, no comemos, no intimamos porque todo tiene que tener permiso de estos aparatos… Nuestra productividad como seres ha bajado a tal punto de volvernos perezosos para todo, empezando por la lectura pues no nos da pereza leer mensajes larguísimos pero si nos da pereza leer un libro.

Quizás si los seres humanos entendiéramos que hay cosas más importantes como hablar personalmente con la otra persona, que sabe mucho mejor una copa de vino cuando miras a tu amigo a los ojos en los cuales puedes descubrir sus emociones, sufrir, soñar, llorar, reír con ellos, cosas que no puedes hacer cuando miras la pantalla del celular. Sería bueno darnos cuenta que a estos equipos electrónicos les podemos dar los usos para los que fueron creados acortar distancias, hablar con seres queridos que se encuentran lejos de nosotros, hacer trabajos y tantas cosas más que hacen que estos aparatos llamados celulares sean más que un lujo una necesidad.