Donald Trump: El nuevo presidente de los Estados Unidos
de E. NICOLÁS SASU LARRUBIA.
Sí, lo imposible se hizo realidad. El polémico candidato republicano, Donald Trump es el nuevo presidente de los Estados Unidos de América. Su elección no solo ha conmocionado a muchos estadounidenses sino también al mundo entero.
Donald Trump es un empresario, político, personalidad televisiva y escritor estadounidense de 70 años de edad. Famoso por ser presidente de la Trump Organization y por ser dueño de múltiples hoteles y casinos en todo el mundo. Cabe destacar que tiene un patrimonio valuado en U$S 4500 millones de dólares.
Siempre fue un candidato muy polémico, incluso antes de comenzar la campaña electoral. Desde siempre estuvo relacionado en muchos escándalos con mujeres y fue autor de varias frases machistas, xenófobas y racistas. Además de ello, fue víctima de una enorme campaña mediática en contra por parte de muchos medios de comunicación (varios de ellos partidarios de Clinton) tales como CNN o Fox News. Aunque parezca difícil de creer, esa misma persona a principios del año 2017 será el presidente de uno de los países más poderosos e influyentes del mundo, los Estados Unidos.
La batalla por la presidencia entre la candidata demócrata y el candidato republicano no solo que fue muy reñida, sino que fue una de las campañas electorales más sucias de la historia. Desprecios mutuos, insultos, burlas, y graves denuncias en sus contras, solo fueron algunos de los muchos puntos negativos que tuvo esta campaña. No solo fue Trump quien fue partícipe de interminables escándalos, Clinton, a su vez, fue acusada por el jefe del Comité de Seguridad del Congreso de EE.UU. por “traición” por motivos de haber usado un servidor privado del correo electrónico. A pesar de ello, Hillary Clinton siempre fue la favorita a quedarse con la presidencia. Varios eran los motivos que enriquecían el currículo de la mujer. Entre ellos se destacan su activa carrera política, ya que fue Secretaria de Estado, Senadora y Primera Dama (Bill Clinton). Por su parte, Trump es un outsider, es decir una persona que en ninguna ocasión ocupó algún cargo político, solo se dedicó a administrar su riqueza.
Hillary siempre tuvo todo a favor. Lideró casi todas las encuestas de opinión, los sondeos electorales, tuvo un amplio apoyo de determinados medios partidarios de los demócratas y a su vez, como punto más importante, tenía de oponente a Trump, el cual en cada momento que tenía un micrófono en la mano, decía alguna que otra frase polémica. Eso sumado a su “odio” por los inmigrantes, su racismo, su xenofobia y su machismo, contribuyeron a hacer de Hillary, la candidata por lejos, “menos peor” de los dos. El resultado parecería obvio, pero no fue así.
Donald Trump se impuso en las elecciones del pasado martes 8 de noviembre, con 290 electores contra los 228 de la abogada (solo se necesitan 270 para ser presidente). Cabe destacar que el sistema presidencialista estadounidenses no funciona como una democracia directa, como sí ocurre en muchos países latinoamericanos tales como Argentina, Brasil, México. El pueblo no elige “directamente” a su presidente, en vez de eso, eligen electores que irán a representar su voto en el Colegio Electoral. Salvo en pequeños casos, los electores no suelen cambiar de postura y eligen a su candidato correspondiente. Esto ha generado en esta elección una curiosa particularidad, la política obtuvo 60,274,974 de votos contra los 59,937,338 votos del magnate. En Estados Unidos es posible ser presidente a pesar de no ser el candidato más votado. A la larga, ganar los estados con mayor cantidad de electores es la clave en el camino para obtener la presidencia. Y eso es lo mismo que sucedió. Gracias a la victoria del multimillonario en los estados de Florida, Texas, Ohio, Michigan, Pennsylvania, Georgia y Carolina del Norte, logró hacerse con la presidencia. De nada sirvieron las victorias de la ex secretaria de estado en Nueva York, California, Illinois, Virginia, entre otros.
¿Qué pasará ahora que Donald Trump es Presidente? ¿Qué cosas cambiarán? “El cambio empezará desde mi primer día”, prometió.
– Su política exterior
La relación entre Barack Obama y Rusia no fue para nada buena. Los aliados clásicos siempre fueron Alemania, Japón, entre otros países. Por su parte, Donald Trump ha mantenido relaciones muy positivas con Moscú, al parecer el republicano ve a Putin como un aliado muy poderoso. “Nos preocupa el deterioro de las relaciones ruso-americanas, pero no fue elección nuestra, nunca quisimos algo así. Al contrario, queremos tener relaciones de amistad con EE.UU, un gran país y una economía puntera”, afirmó el presidente ruso. Por su parte, Trump en una conferencia de prensa declaró que Putín “se siente bien cerca de mí. Yo me siento francamente bien con él. Creo que podemos hacer cosas con Rusia que están a nuestro favor. Como un beneficio mutuo”.
– México y los inmigrantes
“Cuando México envía a su gente, no nos mandan a los mejores. Nos mandan gente con un montón de problemas, que traen drogas, crimen y son violadores”. A su vez aseveró deportar a 11 millones de personas sin papeles y prohibirles la entrada a musulmanes. “No quiero nada con México más que construir un muro impenetrable y que dejen de estafar a EE. UU”. “Este es un país donde hablamos inglés, no español”.
– ISIS
“Hemos hecho que Oriente Medio sea más inestable y caótico que nunca antes”. “Todo eso comenzó con la peligrosa idea de que podíamos convertir en democracias occidentales a países que no tenían experiencia ni interés en convertirse en una democracia occidental”. A su vez agregó que “El ISIS honra al presidente Obama. Él es el fundador del ISIS. Él es el fundador del ISIS. Es el fundador, ¿de acuerdo? ¡Fundó el ISIS!”. Su principal objetivo como presidente sería “derrotar a los terroristas y promover la estabilidad regional, no los cambios radicales”.
– Economía
Renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la retirada de Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico (TPP).
Trabajar con el Congreso para introducir e impulsar la adopción de un plan económico que cree 25 millones de empleos en diez años, mediante la disminución de impuestos para la clase media y las empresas. Además, elevar los impuestos a los más ricos. El objetivo sería alcanzar un crecimiento de un 4% al año.
Inversión de un billón de dólares en infraestructuras a lo largo de diez años.
Preservar, aunque sin recortarlas, las pensiones de jubilación y la sanidad pública para los mayores de 65 años. Asegura que nadie morirá en la calle porque no tiene cobertura médica.
Imponer un arancel del 45% a los productos chinos
Políticas proteccionistas, aislacionistas, cierre del libre comercio.
“El concepto de calentamiento global fue inventado por los chinos para lograr que la industria norteamericana dejara de ser competitiva”. Prometió levantar las restricciones a la producción de energías fósiles, relanzará el proyecto de oleoducto Keystone XL. Según algunos expertos, hay temor de que Trump acelere el cambio climático.
Sin dudas que el futuro parece muy incierto ante la lectura de estas propuestas y políticas. ¿Será el fin del neoliberalismo y el comienzo del neo nacionalismo? Y además ¿Cómo logrará Trump superar el espinoso reto de conciliar a una nación tan polarizada por estas elecciones? ¿Será el comienzo de una 3ra Guerra Mundial? No es menester olvidarse que los temas bélicos con Hillary Clinton no hubieran cambiado mucho, ya que la demócrata es un halcón ultraliberal al servicio de las compañías armamentísticas estadounidenses.
Pero una cosa si es segura, la era de la globalización está empezando a perder su poder. Según declaraciones del presidente boliviano “es el tercer golpe que recibe la globalización desbocada. El primero fue el retroceso de la economía, el segundo el Brexit y el tercer golpe es el triunfo de Trump”. Se vienen épocas de profundos cambios, solo el tiempo dirá que le deparará a los Estados Unidos y al mundo…
