Italia y España se ahogan bajo la corrupción.

Rajoy-y-Berlusconi

  de Piertoni Russo.

Dos países que sufren el mal gobierno y la corrupción de sus políticos. Berlusconi es el gran maestro y Rajoy el alumno excelente.
Los delitos cumplidos por el primero, de momento, son siete. Seis de estos – entre ellos los de cohecho, de evasión de impuestos y de perjurio – no se ejecutaron porque Silvio Berlusconi recurrió a las condenas y fue finalmente absuelto por prescripción de la pena (se confirmó que Berlusconi había cumplido los delitos pero no tuvo que cumplir la pena porque la sentencia del juzgado llegó fuera de los plazos máximos indicados por ley). Queda pendiente la última sentencia, el caso Ruby – delitos de abuso de poder e inducción a la prostitución de menores – donde Berlusconi ha sido condenado a 7 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargo público. La sentencia está sujeta a recurso. Por terminar, el caso Mediaset, ya solo pendiente del Supremo.

El ex Presidente del Consejo de Ministros de Italia, actualmente está amenazando la salida de los miembros de su partido de la coalición de gobierno – en Italia el gobierno está formado por una mayoría exigua de la coalición de centro-izquierda, apoyada por el partido de centro-derecha que tiene como líder a Berlusconi – en caso de confirmación de la condena del proceso Ruby. El centro-izquierda es en plena crisis, y para evitar que el gobierno caiga y se vuelva a votar, está apoyando parcialmente a estas peticiones ilegítimas e inconstitucionales del centro-derecha. La situación es totalmente caótica y el gobierno, empeñado en encontrar una solución para poder sobrevivir de cualquier forma, está desatendiendo las tareas de gobierno, dejando al pueblo italiano en una condición de extrema precariedad. La crisis avanza y no se toman medidas.

La situación en España es bastante similar. El problema de la corrupción es siempre más evidente y varios políticos están implicados en diferentes procesos por corrupción y sobresueldos en dinero negro. Primero el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, acusado por Luis Bárcenas, ex tesorero del Partido Popular, de haber recibido sobresueldos en dinero negro, como también otros altos cargos del partido. Varios empresarios y emprendedores supuestamente habrían pagado notables cantidades de dinero entre 1990 y 2010.
Mariano Rajoy y la “cúpula” de su partido rechazan las acusaciones y se defienden negando todo lo declarado por Bárcenas.

El 27 de Junio de 2013 Luis Bárcenas, es ingresado en prisión por decisión del juez para “evitar el riesgo de fuga y asegurar la preservación de fuentes de prueba”.
Desde la cárcel el extesorero del partido sube el tono de las declaraciones: Mariano Rajoy e María Dolores de Cospedal – Secretaría General del Partido Popular recibieron de su mano 95.000 euros, entre 2009 y 2010.
Rajoy sigue negando todo, afirma no someterse a chantajes y garantiza no dimitir porque el país necesita que él cumpla su mandato para garantizar la estabilidad del país.
El 14 de junio sale a la luz un intercambio de mensajes entre Rajoy y Bárcenas, que mantuvieron contacto hasta mediado de marzo de 2013, cuando Bárcenas había sido ya despedido de su partido. En los mensajes Bárcenas se queja de la situación en la que se encuentra, y Rajoy lo anima y le dice que se está haciendo lo posible para que el extesorero salga rápidamente de esta posición incómoda. Pero Bárcenas acaba en la cárcel y la situación, para él y para la dirección del PP va empeorando.
Los partidos de oposición piden una moción de censura y piden que Rajoy explique el caso Bárcenas en el Congreso. El día 22 de julio Rajoy aceptó comparecer en el Congreso por el caso el 1 de agosto. El PSOE renunció a presentar la moción de censura., pero presionará para que Rajoy dimita.

El mal gobierno – como en Italia – está metiendo sus profundas raíces en la política de España. Sin embargo, aunque la corrupción siempre haya estado de algunas formas presente en el sistema político del país ibérico, nunca había involucrado tan directamente a exponentes políticos de así alto rango. Además, otra cosa que preocupa en este momento, es la afirmación de una nueva mentalidad muy alarmante, que hace que los políticos – y todavía peor, el presidente del Gobierno – aunque se encuentren en una posición muy incómoda delante de la ley y de la nación misma, nunca se plantean dimitir, como debería pasar en un país con una fuerte conciencia ética. El concepto de renuncia es ya anticuado, y actualmente nadie hace nada por razones éticas. Lamentablemente, el poder y el dinero tienen mucho más peso de la ley, esto los políticos lo saben bien y ya no tienen ningún miedo ni arrepentimiento cuando cumplen un delito. El país se ahoga, el político no lo salva.