No es comunidad para jóvenes

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¡Macrofiestas adiós! Por miedo, por burocracia, por no liarla. La fiesta GOA prevista para el 1 de enero de 2013 en el club Fabrik, alrededor de Madrid, ha sido cancelada pocas horas antes del comienzo de la fiesta, oficialmente por un número elevado de entradas falsas, probablemente por el miedo de encontrarse con la policía que irrumpiese en la sala y la desalojase como sucedió con otras dos salas de Madrid en Nochevieja. Esto es el “efecto Madrid Arena”, que ha contado cerca de 160 inspecciones por parte de la Policía Municipal que se realizaron el la madrugada del día de Año Nuevo y que acabaron con el desalojo de dos locales (de los que no se ha facilitado los nombres), uno en el distrito madrileño de Tetuán, uno en el centro de la capital, por exceso de aforo y por presencia de menores de edad. En ambos casos se trataba de salas pequeñas.

La verdad es que macrofiestas en Madrid no hubo prácticamente ninguna. Las únicas fiestas con aforo elevado fueron la del Teatro Kapital (3.000 personas) y otra en el club-discoteca Oh Cabaret (2.500). Una vez evitado el “peligro” SpaceFest 2013 – el evento programado en el Madrid Arena y cancelado hace unas semanas porque el pabellón no reúne las condiciones técnicas y de seguridad legalmente exigibles, según los expedientes administrativos tramitados por el propio Ayuntamiento de Madrid – para los jóvenes madrileños o no, no quedaba otra macrofiesta que el GOA en la sala de Humanes. En verdad, los organizadores del SpaceFest intentaron mudar el evento a la plaza de toros “La cubierta” de Leganés, sin éxito. El alcalde de Leganés, clausuró “La Cubierta” e impidió la fiesta, una vez conocida las intenciones de Miguel Ángel Flores – el mismo promotor del evento que tuvo lugar en el Madrid Arena donde fallecieron cinco jóvenes en una avalancha – de trasladar la fiesta de Nochevieja a Leganés.

No quedaba otra que el Fabrik, la  discoteca que comprende 4 pistas, por un aforo máximo de 12.000 personas. Según los organizadores que cancelaron la fiesta se hubieran vendido muchas entradas falsas, según otros usuarios de la discoteca se hubieran vendido más que 13.000 entradas. Mejor anular la fiesta, aunque si con pocas horas de adelantado y con muchos jóvenes llegados de toda España después de varias horas de viaje tanto en coche como en autobús, y que se han visto obligados a regresar a casa sin poder celebrar como querían el Año Nuevo.

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Evidentemente la línea dura del ayuntamiento de Madrid y de la alcaldesa Ana Botella ha contribuido enormemente en el desarrollo de una Nochevieja anómala por muchos aspectos. Las diferentes inspecciones realizadas durante la última noche de diciembre confirman la superficialidad de algunas empresas que gestionan el control de acceso a las discotecas. Y aunque sea apreciable que se haya empezado a tutelar, por medio de inspecciones adecuadas, la integridad de todos lo que acuden a conciertos en recintos muy amplios donde un fallo en la seguridad puede amenazar la vida de un individuo, parece haberse enfrentado al problema seguridad en el modo menos adecuado. El problema más grande que sobresale como consecuencia de la tragedia del Madrid Arena es la vergonzosa posición adoptada por parte del ayuntamiento de Madrid que, en vez de buscar una estrategia preventiva al problema, ha pensado “solucionarlo” de forma drástica, retirando las autorizaciones de alquiler de recintos públicos en caso de organización de macrofiestas. Madrid se queda así con varios recintos de propiedad pública que costaron una fortuna (el Madrid Arena como también la Caja Mágica) que se encuentran poco utilizados y prácticamente sin inquilinos. Pero la cosa más grave es que los jóvenes son los mayores afectados por esta decisión del poder político madrileño, los que pagan el precio más alto. ¿Porqué prohibir eventos lúdicos que atraen millares de jóvenes en vez de encontrar una solución sensata que pueda ser constructiva y que pueda solucionar definitivamente y positivamente el problema? Si estamos hablando de varios organizadores y promotores de fiestas sin escrúpulos que para conseguir más ingresos económicos no respetan las normativas de seguridad indispensables para garantizar la integridad de los ciudadanos, ¿porqué castigar los que acuden a estas fiestas? Lo que se debe hacer es castigar a los responsables de estas infracciones y garantizar el desarrollo de las fiestas respetando las normativas de seguridad. Al contrario, lo que está haciendo el ayuntamiento de Madrid es castigar a los jóvenes y privarlos del derecho de salir, de bailar, de beber, de pasarlo bien, aunque sea entre los limites de la legalidad. Una vez más el ayuntamiento de Madrid está demostrando no ser capaz de gestionar de forma sensata y razonable los problemas que encuentra por el camino.