José Sacristán: “La experiencia y la profesionalidad son enemigas mortales de la creatividad de un actor”

de Piertoni Russo.

Una conversación con José Sacristán, en el teatro donde escenifica Señora de rojo sobre fondo gris, de Miguel Delibes. Como siempre, Sacristán habla de todo: de teatro, de cine, pero también de política y de actualidad; de la sentencia del procés, de la exhumación de Franco y del Valle de los Caídos, “un sitio siniestro que sigue contaminado por el enano”.

¿Qué significa para Usted interpretar a su amigo Miguel Delibes en una obra que relata la historia de su sufrimiento por la enfermedad y la muerte de su mujer?

Es una satisfacción por partida doble: como actor porque el personaje es una maravilla de personaje, y en lo personal porque tuve el privilegio de conocer a Miguel Delibes. Desde siempre quise adaptar su novela para el teatro pero él no quiso autorizar ni para el teatro ni para el cine. Con el tiempo ya autorizó que yo hiciese una lectura dramatizada de un par de pasajes. La satisfacción es poder rendir un homenaje a mi amigo por todo lo que le ocurrió.

El Delibes que lleva al escenario ¿está representando de la manera más realista posible o hay una caracterización de Sacristán en este personaje?

No, de Sacristán no. Del propio Delibes, porque él se protege con un personaje de ficción, se llama Nicolás y es pintor. Creó un personaje que yo sé que es él, pero que es un personaje de ficción que habla de sus problemas, creativos y familiares. Yo lo sigo en las pautas que Delibes marca en la novela. Es un texto de calidad que me ayuda mucho. No se trata solo de tener experiencia como actor. La experiencia a veces es jodida. Ayuda, pero hay que vigilarla, porque la experiencia y la profesionalidad son enemigas mortales de la creatividad. Convierten todo en algo previsible.

Usted ha dicho siempre que hacer lo que le gusta es un lujo. Y sigue muy activo con cine, teatro y series. ¿Seguir haciendo esta profesión con 82 años, qué sacrificios conlleva?

Sacrificios ninguno. Yo sabía que no era fácil desde el principio, porque no lo tuve fácil, pero la lucha por tratar de vivir y llegar a poder hasta elegir las cosas que podía hacer es un privilegio que celebro. Son más las satisfacciones. Entre los sacrificios, seguramente la vida familiar, el cuidado de los hijos…son capítulos que se da por descontado que han de ser así. Siento un amor por este oficio después de 60 años como el primer día.

Esta es la década de las series de televisión. Y Usted también está participando en una: Alta Mar. ¿Qué le gusta de este formato y -para el trabajo de un actor- en qué se diferencian de las películas?

La diferencia está en el personaje y en la historia. Porque ahora la calidad de la ficción en televisión es equiparable o superior a la del cine. No hay diferencia ninguna. Lo formidable para mí es convivir entre un espectáculo de teatro que lo manejamos entre cuatro personas y una superproducción como Alta Mar que incluye unas trescientas personas. Hacerlo bien es igual de difícil en un medio que en otro.

¿Qué prefiere, el cine o el teatro?

Como espectador prefiero el cine, pero como profesional le tengo mucho respecto a la cámara. El teatro tiene sus inconvenientes, uno de estos es la impunidad. En el teatro no se repite, no puedes parar. Además debes tener en cuenta el contacto con el público, que a veces es emocionante  y a veces es indignante. Ayer, por ejemplo, una señora en primera fila, en un momento determinado encendió su móvil para mirar un mensaje. ¡En la primera fila!

¿Qué hizo Usted?

Paré y la miré hasta que continué como pude. En fin, la cámara es el espectador más sensible, inteligente y exigente. Hay que darle la información exacta. Grandes figuras del teatro han mirado por encima del hombro a la cámara y la cámara les ha dicho “no vuelva Usted por aquí”. Hay que tenerle respeto a la cámara.

En la actualidad hay muchísimos teatros y poco teatro de calidad. ¿Es un problema de formación, de nuevos hábitos culturales o de recursos?

Es difícil de contestar porque el teatro de calidad es a veces una interpretación subjetiva. En España hay una oferta de teatro interesante, el teatro está vivo y también hay ofertas de calidad. El teatro de entretenimiento bien hecho es tan digno y maravilloso como el teatro de compromiso, de denuncia, el dramático o el clásico.

Cómo ha cambiado el teatro en estos últimos 50 años y qué conllevaba ser actor bajo el franquismo?

Un cambio fundamental es que antes había dos funciones diarias. Dos diarios, siete días a la semana.  Era una forma de trabajar insoportable. Había que echar mano de recursos profesionales formidables. Era imposible hacer bien todas las funciones.

Lógicamente, durante el franquismo ha habido una censura y el panorama teatral estaba condicionado como todos los demás. Desde el punto de vista personal, yo he estado no militando pero apoyando al Partido Comunista, y era duro. Además, mi padre estuvo en la cárcel. En lo profesional, yo esperaba que me sonara el teléfono para que me ofrecieran trabajo. Tenía que vivir de esto. Incluso me ofrecieron trabajos mucha gente muy próxima al régimen de Franco y yo les sigo estando igual de agradecidos tanto a unos como a otros. No puedo considerarme una victima del franquismo. Pasé por ahí como tantos otros.

Hablando de los tiempos del franquismo, me gustaría saber su opinión con respecto a la exhumación de Franco.

Pues, que se ha tardado cuarenta años en hacerlo. Se tenía que haber hecho antes. Por fin, se ha hecho y punto. Ya no doy más comentarios. Insistir ya es puro morbo. No estoy de acuerdo con la opinión del señor Iglesias que dice que esto ha sido una exaltación del franquismo. En absoluto. Se ha hecho dignamente y sin llamar la atención.

¿Qué haría con el Valle de los Caídos?

Es un sitio siniestro. Debería ser desacralizado y convertido en un lugar diferente. Pero tengo serias dudas. Todo lo que está allí está contaminado por este enano.

Otra pregunta de actualidad: qué opina de la sentencia del procés?

No había que condenarlos ni por traición ni por rebelión, sino por chapuceros.  Ellos saben perfectamente que la independencia catalana no se va a conseguir así, pero dieron unos pasos grotescos y patéticos. Yo los hubiera condenado por chapuza. No se puede proclamar la independencia como si fuera la fiesta del pueblo.

Este problema catalán es un problema de los catalanes. Que se sienten a hablar entre ellos los independentistas y los no independentistas. Tendrán que ponerse de acuerdo entre ellos.  

Entre los líderes políticos españoles de la actualidad, ¿quién sería un excelente actor de teatro?

Todos. Todos actúan con distintos procedimientos. Ellos saben que tienen su público y cada uno sabe perfectamente como contentar a su público. Nosotros ciudadanos no somos mejores que los políticos, los elegimos nosotros. Siempre ha habido un comportamiento teatral por parte de los políticos, solo que ahora notamos más la sobreactuación porque es más fuerte la influencia de los medios de comunicación.

Usted ha hecho de todo. ¿Tiene algún sueño pendiente? ¿Una obra que le gustaría llevar al escenario o alguien con quién le gustaría trabajar y todavía no lo ha hecho?

No, no tengo. Con Señora de rojo tendré actuaciones hasta 2021. Tendré 84 años. Luego decidiré si seguir trabajando. De momento me veo con fuerzas.