Categorías: culturahomehome

Mad Cool: el loco genial que organizó esta vergüenza de festival

Tres días de locura en el festival español más importante de este

verano

de Piertoni Russo.

Un cartel de ensueño no justifica una organización tan penosa. El dinero no lo es todo. Si fichas a Pearl Jam, Depeche Mode, Queens of the Stone Age, Massive Attack (que finalmente no actuaron), no es que ya eres el más grande y no debes dar cuenta a nadie.

Es lo que ha pasado en estos días en el Mad Cool festival de Madrid. Un festival con un cartel monumental y una organización que se puede comparar con la de una de las peores fiestas de barrio, organizada por inexpertos e incompetentes.

El primer día es el día del caos total. Una agrupación de gente enorme, bajo el sol, en un espacio estrecho e intentando entrar al festival. Una espera de un par de horas, de pie, mientras alrededor del recinto del festival los aparcamientos estaban completos y con colas enormes por la carretera. En los espacios de IFEMA que llevaban al recinto, había gente exasperada, que finalmente llegó a derribar las vallas, para conseguir acercarse a las taquillas donde se entregaban la pulsera necesaria para entrar a los conciertos.

Cuando la mayoría de los asistentes logró entrar, algunos conciertos ya habían empezado. La primera desilusión.

Además, no pudiendo acceder al recinto con comida y refrescos desde el exterior, empezaron las larguísimas colas para poder adquirir comida y bebida. En pocas horas, en muchos puestos habilitados, parece increíble, pero….¡se agotaron los vasos! 80.000 asistentes y…¿no se había tenido en cuenta este detalle? La gente se puso todavía más nerviosa. Ya estaba en su segunda extenuante cola del día, mientras de música y buen rollo –de momento- había muy poco.

Pero llegaron Pearl Jam, que llevaban 11 años sin pisar Madrid. Y entre la energía de Eddie Vedder y los temas gloriosos que tocaron a lo largo del concierto – entre ellos, ‘Jeremy’, ‘Alive’, ‘Rearviewmirror’, ‘Vitalogy’, etc.- el público se hizo seducir y empezó a disfrutar. Después de Pearl Jam, los asistentes siguieron bailando, siguiendo el ritmo más electrónico del dúo parisino Justice o de MGMT.

El problema es que el primer día de festival se acabó y…empezaba la vuelta a casa. Colas kilométricas para poderse meter en un autobús de línea que llevase a Cibeles o a Plaza de Castilla; casi imposible encontrar un taxi libre para volver a casa; otras colas enormes para volver al metro de Feria de Madrid, y allí empezar un largo viaje hasta Nuevos Ministerios y luego buscarse la vida.

No, sinceramente así no se hacen las cosas.

El segundo día pareció ser más tranquilo: menos colas para acceder al festival, más vasos en los puestos de bebida, buenos conciertos; entre ellos, las actuaciones de Arctic Monkeys, Alice en Chains, Franz Ferdinand y Massive Attack. Este último grupo, por la cantidad de seguidores que tiene, se merecía tocar en el escenario principal, pero se le asignó una carpa de capacidad limitada que estaba desbordada de gente. A la 1:45 de la noche el concierto no arrancó. La gente se quedó tranquila esperando, pero el tiempo pasaba y finalmente se calentaron los ánimos. La situación fue empeorando y a las 2:30, sin que nadie de la organización diera explicaciones, el concierto seguía sin empezar. Empezaron a volar los vasos hacía el escenario, la gente comenzó a silbar y a animarse. Siguió así hasta las 3.00 de la madrugada, cuando el concierto hubiera tenido que terminar. Y en este momento apareció en las pantallas del escenario un mensaje que informaba: “Massive Attack cancela su concierto en Mad Cool justificando molestias de sonido de otro Stage”.

Otra sorpresa, otra gestión muy desafortunada. ¿Cómo puedes informar a todos los asistentes de la cancelación de un concierto después de casi dos horas? ¿No puedes comunicarlo antes?

Otra decepción, otro cabreo y para casa.

El día siguiente la organización del Mad Cool hizo de todo para echar la culpa del suceso a Massive Attack, pero es evidente que buena parte de lo que pasó fue culpa de la organización.

El último día nos esperaban Depeche Mode, y Dave Gahan que no nos decepcionaron. El concierto fue emocionante, y fue bonito ver que canciones con 22 años de media puedan seguir enganchando, ilusionando y llenado los festivales. Entre ‘Personal Jesus’, ‘Enjoy the silence’, hasta finalizar el concierto con ‘Just Can’t Get Enough’, se volvió a crear un buen ambiente, hasta llegar al finalizarse del festival con otra actuación soberbia de Underworld.

Por fin todo había salido bien en este último día. ¿Correcto? Pues no, porque unas horas antes, Josh Homme, el cantante de Queens of Stone Ages, se había rebelado contra la organización del festival que había separado, por medio de unas vallas, la zona VIP del resto del área del concierto. Solo quienes habían pagado más para hacerse con la entrada VIP podían asistir al concierto desde las primeras filas.

En mitad de su concierto, el cantante exigió a la seguridad que abriese las puertas de esta zona limitada, que en muchos casos queda medio vacía. Ante la negativa de la organización, el cantante animó al público a saltar las vallas y a llevar a cabo esta protesta revolucionaria. Finalmente la organización tuvo que autorizar la apertura de esta zona, y VIPs y “gente común” acabaron mezclándose.

¿Todo esto en solo tres días? ¿No te lo crees? Pregúntaselo a la dirección de Mad Cool. Seguro que echen la culpa a Robert del Naja, cantante de Massive Attack.

 

 

laturca

Entradas recientes

Érase una vez el Che. La derechización de la juventud

El incremento preocupante de adhesión de los jóvenes a posturas políticas ultraderechistas La derechización de…

54 años hace

ArtMadrid: cinco artistas que deberías conocer

Madrid vuelve a llenarse de ferias de arte. En una semana intensa, llena de actividades…

54 años hace

Gabilondo y Évole narran el arte de la entrevista

de Piertoni Russo. Una charla entre dos amigos que podría convertirse en un manual del…

54 años hace

El nuevo mural de Okuda de la mano de UNICEF, para defender los derechos de la infancia

de Piertoni Russo. La fachada del Centro Juvenil Pipo Velasco de Madrid, en una pintada…

54 años hace

Un día que vale cuarenta años

de Piertoni Russo. Un día que vale cuarenta años. Cuarenta años de avances, de cambios,…

54 años hace

El talento de LP vuelve a resonar en Madrid

Se está convirtiendo en un hábito, venir a tocar a Madrid en las Noches del…

54 años hace