Otro mundo es posible: zapatismo y caracoles

El EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) se fundó en el año 1994 y fue un movimiento militar mexicano hasta el año 2006, cuando se convirtió en un movimiento político.

Basándose en el Plan de Ayala de 1911 –texto redactado en el marco de la revolución mexicana por Emiliano Zapata, jefe revolucionario que luchó por los derechos de los campesinos, llamando a los zapatistas a las armas para que se les restituyeran las tierras expropiadas por parte de los grandes hacendados-  el movimiento tiene una orientación marxista y social libertaria.

Liderado por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena, con al frente los Subcomandantes Galeano, (ex Subcomandante Marcos) y Subcomandante Moisés,  lucha por la defensa de los derechos colectivos e individuales de los indígenas, por la construcción de un nuevo modelo de nación democrática y justa, y por la creación de una red de resistencias y rebeldías altermundista en nombre de la humanidad y en contra del neoliberalismo.

Hemos decidido viajar a chapas para conocer de manera directa el trabajo social y político de este movimiento, visitando el caracol zapatista Oventic, en el centro de Chiapas, a una hora de distancia de San Cristóbal de las Casas.

Los caracoles son regiones organizativas de las comunidades autónomas zapatistas, creadas en 2003 para favorecer la comunicación y las relaciones entre las comunidades. Cada caracol se centra en la administración regional de un conjunto de municipios autónomos y zapatistas. Allí nos explican que, en un primer momento, existían cinco caracoles en todas Chiapas, hasta aumentar hasta los doce de la actualidad. Los representantes de los caracoles se reúnen en las Juntas del Buen Gobierno (JBG), que tiene la labor de coordinar la ayuda entre las comunidades y la relación entre ellas y con el exterior.

El movimiento zapatista, en rebeldía, se opone a la organización política oficial del gobierno de México y busca un nuevo modelo de la acción que permita una nueva forma de hacer política.  En la primera década, EZLN tuvo una organización militar y se basó en la lucha armada, para luego dejar las armas y orientarse en la lucha política.

A lo largo de nuestra visita nos recuerdan que lo prioritario son los derechos de los indígenas, pero que lo anhelado sería construir una red internacional que permita la cooperación entre los grupos revolucionarios de todo el mundo, con el objetivo común de crear una sociedad nueva, contrapuesta a la sociedad capitalista y neoliberalista. 

Con esta finalidad, nos informan que, en la actualidad, hay una expedición zapatista recorriendo varios países europeos, invitada por más de 50 ciudades, para transmitir el mensaje zapatistas y para fortalecer la comunicación entre estos grupos altermundistas.  La delegación partió en mayo desde Quintana Roo (México), para luego atracar en las costas españolas de Vigo, tras 47 días de viaje en barco, y comenzar una gira internacional por más de 20 países.

Sin embargo, la oposición por parte del gobierno central es fuerte, y a muchos zapatistas se les retiraron los pasaportes para evitar que hicieran este viaje. El gobierno mexicano intenta boicotear el movimiento, pero el  respaldo por parte de la población indígena de Chiapas es fuerte. Los zapatistas son los únicos que luchan de verdad por los derechos de esa población.

En la visita al caracol Oventic hemos tenido también la oportunidad de visitar las escuelas zapatistas, de primaria y de secundaria, que no están destinadas solo a los hijos/hijas de los zapatistas, sino a todos los que prefieren educar a sus hijos con un sistema de enseñanza alternativo, que defiere del currículo oficial, y que enseña una educación basada en principios solidarios, de colaboración y de cooperación, de justicia y de democracia.  Lo importante, finalizan los que nos acompañan en esta visita, es creer en la posibilidad de crear una sociedad justa. Otro mundo es posible. El símbolo del caracol es emblemático: lento pero avanzo.