Pina Bausch y Stravinski reviven con la Consagración de la primavera.

Un espectáculo de doble intensidad, con una primera parte que da ganas de salirte de la sala y buscarse un plan alternativo para rescatar la tarde y no darla por perdida, y una segunda parte apasionante y fascinante, que te deja sin aliento hasta el final.   

Se trata de The Rite of Spring, una colaboración entre la Foundation Pina Bausch de Wuppertal, en Alemania, y el École des Sables, un centro internacional de danzas africanas de Senegal.

The Rite of Spring fue un ballet y obra de concierto orquestal del compositor ruso Ígor Stravinski, que fue coreografiado en 1975 por la grande coreógrafa alemana Pina Bausch, fallecida en 2009.

Una de sus bailarinas del Tanztheater Wuppertal,  Malou Airaudo, arranca la primera parte de la función, de unos 30 minutos, bailando junto a Germaine Acogny, fundadora del École des Sables.  La actuación, common ground(s), que se basa en sus historias, experiencias emocionales y territorios comunes, resulta ser extremadamente lenta y con apenas momentos de danza destacables.

Una vez terminada la primera parte, después de un largo descanso de treinta minutos, necesarios para llenar el escenario de una tierra marrón, arranca la segunda obra, The Rite of Spring.

Todo cambia (y menos mal).

El escenario de llena de más de treinta bailarines africanos, repartidos entre hombres y mujeres, que demuestran toda su técnica artística, en un juego de coreografías, sincronías y energías exuberantes.

Fieles a la creación de Stravinski y al trabajo de Pina Bausch, nos hacen revivir el ritual de la consagración de la primavera: los augurios primaverales, el juego de las tribus rivales, la adoración y la danza de la tierra, hasta llegar a la parte del sacrificio. Entre enfrentamientos, reencuentros, glorificaciones de la elegida para el sacrificio, y la danza sagrada de la sacrificada, se llega a consagrar la primavera.

La obra nos presenta numerosos gestos simbólicos, que cada espectador puede interpretar de manera personal, dándole su sentido y significado. Pero, lo que todos comparten es la apreciación por la cantidad enorme de energía trasmitida por este grupo de maravillosos bailarines, que nos hacen revivir los trabajos de Pina Bausch y Stravinski, unido en sus consagraciones de la primavera.