Es la hora de mover ficha

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de IVÁN HERNÁNDEZ.

Ya ha llegado el momento. Los partidos políticos de España deben ponerse a trabajar en el futuro de España. Ya no vale la excusa de las elecciones autonómicas, toca iniciar conversaciones en busca de una investidura o prepararlo todo para unas nuevas elecciones. La aventura de la búsqueda de un gobierno para España tenía dos etapas pendientes, como si de una vuelta ciclista se tratase, y para algunos ha sido como subir al Tourmalet. Sin embargo, con la mayoría absoluta del PP en Galicia, las opciones de una alternativa a Rajoy en la Moncloa se disipan.

En Galicia los populares han vuelto a arrasar. Mayoría absoluta para Núñez Feijóo, que gobernará la décima legislatura en el Parlamento con sus 41 escaños, más que cualquier combinación posible. En Marea (Podemos, Izquierda Unida y el resto de confluencias) suma 14 escaños, empatando con el Partido dos Socialistas de Galicia, pero logrando el tan ansiado ‘sorpasso’ en número de votos. Sin embargo, la oposición, completada por el Bloque Nacionalista Galego (6 escaños) tendrá un papel representativo ante el mazo de Feijóo.

En el País Vasco, sin embargo, el PP se difumina. Territorio inhóspito para populares, y también para socialistas esta comunidad, donde el Partido Nacionalista Vasco de Íñigo Urkullu revalida la mayoría pero deberá pactar para gobernar. Sus 29 escaños podrían unirse puntualmente con ‘lucky losers’ como el PSOE (9 escaños) o el PP (9 también), donde entrarían en juego pactos para la investidura nacional. Podemos queda por detrás de Bildu (11 escaños respecto a 17), por lo que es una celebración a medias; vence al bipartidismo pero no ha logrado ganarse la confianza del pueblo vasco.

Sea como fuere, hay un partido relegado al ostracismo, que tardará cuatro años en volver a opositar a ambos parlamentos, ese es Ciudadanos. El partido dirigido por Albert Rivera sumó 48000 votos en Galicia y algo más de 20000 en Euskadi. El objetivo era entrar en ambos parlamentos y no se ha conseguido, por lo que Albert Rivera deberá cambiar el mensaje con respecto a las más que probables elecciones navideñas.

Por lo tanto, el mensaje que España le manda a los grandes partidos de cara a diciembre es sencillo: todos pierden. El PP solo se hace fuerte en Galicia, pero cada vez se reduce más su poder tradicional. El PSOE se debate en una crisis interna tras el enésimo batacazo electoral y las constantes voces internas del partido. Podemos también se rebate contra sí mismo para volver a ganarse al pueblo como antaño, y Ciudadanos ha quedado hundido en el centro, olvidado por todos. Deben centrarse en recuperar la confianza de los españoles, mermada con cada ejercicio de democracia, aunque sea en forma de elecciones en el País Vasco o en Galicia.